Este domingo 19 de junio se vivirá una nueva celebración del Día del Padre, una fecha que muchos vivirán por primera vez en un proceso de duelo por la pérdida de un padre o figura paterna.
Una fecha que se hace aún más difícil cuando están marcadas por la ausencia de nuestros seres queridos. Para el psicólogo Hugo Huerta, especialista en Trauma Complejo del desarrollo, «La pérdida de un padre (especialmente si hubo una vinculación es importante en nuestra vida), es un proceso duro y difícil de aceptar».
Es así como la experiencia de la separación definitiva «da paso al duelo», que tal como nos explica el experto, es «el proceso mediante el cual nuestro cerebro y sistema nervioso se va adaptando a no tener conexión con aquella persona con quien tuvimos un vínculo importante».
La aceptación de la pérdida de un padre se da por medio de un paso a paso a través de un trabajo sin presiones, con el fin de que nuestro cerebro y sistema nervioso se adapten a este nuevo escenario, donde la persona no está de manera física.
¿Cómo se vive el duelo durante el Día del Padre?
Hugo Huerta recomienda aliviar el dolor que provoca la pérdida de un familiar, pero por sobre todo, ser respetuosos por cómo cada persona vive el proceso.
Hay quienes prefieren guardar sus sentimientos, «porque para ellas seguramente es doloroso hablarlo, tal como si se tocaran una herida. Entonces hay que ser respetuosos del proceso que cada persona sigue con su dolor, ya sea que lo prefieran compartir o guardar, ya que lo importante es que estas alternativas finalmente les sirvan para aliviar su sufrimiento».
¿Cómo podemos recordar a los padres que ya no están?
En este Día del Padre hay diferentes rituales que podemos realizar para conmemorar a quienes no están. Lo importante es entender que hay variadas formas y que todas son respetables.
«Si se trata de conmemorar, lo importante es considerar el espacio de tiempo para aquello. Sea con un momento de conexión con el recuerdo de la persona durante el día, o un ritual más específico acorde a las creencias espirituales de cada persona o familia», nos explica el especialista en Trauma Complejo del desarrollo.
Hugo Huerta recomienda desde una oración personal, grupal o familiar en casa o en una iglesia acompañado de actores religiosos, hasta almuerzos, asados o actividades que permitan conectarnos con las personas que ya no están, «pero en cuyo recuerdo sigue existiendo la posibilidad de encuentro».
En ese sentido, el especialista aconseja tomar este tipo de fechas como un momento de encuentro físico o espiritual y no de sufrimiento.
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