En los años 80, 90 y 2000, ser fan de la papelería no solo significaba amar lápices de colores, estuches brillantes o cuadernos con tapas decoradas, también era sinónimo de coleccionar stickers de todo tipo.
Aunque con los años evolucionaron en diseño, calidad de materiales y por supuesto, en precio, lo cierto es que cualquier amante de la papelería que se respetara tenía su propia colección bien guardada, aunque muchos jamás se animaron a usarlos.
Y fue precisamente para organizar esas preciadas colecciones que nació un producto que marcó una época y se convirtió en algo que todas querían tener: el álbum de stickers.
Este clásico consistía en un libro encuadernado con hojas especiales que permitían pegar y despegar stickers sin que perdieran su pegamento. De esta manera, podías reorganizarlos, clasificarlos o simplemente admirarlos sin dañarlos.
Aunque se podían encontrar en distintas librerías o papelerías, uno de los puntos de venta más recordados fue la tienda Village, que durante años ofreció estos álbumes en distintos formatos y diseños.
Algunos eran simples y funcionales, mientras que otros tenían tapas decoradas de diferentes figuras animadas. Lo importante era que permitían extender la vida útil de tus stickers favoritos y mantenerlos todos en un solo lugar.
Hoy, muchos de esos álbumes todavía descansan en algún cajón o caja de recuerdos, con sus páginas llenas de brillitos. Y aunque parezca mentira, hay quienes siguen coleccionando stickers con el mismo entusiasmo, a pesar de que pocas veces encuentran “el momento perfecto” para usarlos.
En FMDOS creemos que si amas los stickers, es hora de usarlos sin miedo. Porque ese "momento perfecto" que tanto esperamos a veces simplemente no llega. Si quieres hacerlo pero no sabes cómo, AQUÍ te dejamos algunos tips.
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