La crianza es una etapa maravillosa, llena de cambios y logros que va consiguiendo tu hijo con el paso del tiempo. Sin embargo, no es una labor sencilla y a esta altura del año, el cansancio comienza a pasar la cuenta y es normal que despiertes cansada y te acuestes cansada.
Si te sientes así, lo más probable es que tengas el Síndrome de Burnout, o más conocido como el «Síndrome de la madre agotada». Esto significa que estás desgastada física y emocionalmente.
Entre las causas se encuentran por ejemplo:
- La privación de sueño, especialmente si trabajas fuera de tu casa o estudias.
- La sobre exigencia en las laborales de la casa.
- Tratar siempre de complacer a toda tu familia.
- Cuidar a tus hijos enfermos.
- Preocuparte de las tareas.
Esta condición puede afectar a todos y es más común de lo que pensamos. Es importante reconocer los síntomas y actuar para que este agotamiento no afecte de manera más profunda tu cuerpo y capacidad de llevar a cabo las actividades de manera normal. Por ejemplo: si te sientes triste, tienes ganas de llorar, te cuesta dormir, tienes dificultades para concentrarte, has bajado o subido de peso en muy poco tiempo o no tienes ganas de salir, son algunos de los síntomas del «Síndrome de la madre agotada». En este caso los expertos recomiendan por ejemplo:
- Pedir ayuda. Delega el cuidado de los niños cuando lo necesites y acepta la ayuda que te ofrezcan. No tienes que ser una súper madre ni ser perfecta.
- Procura llevar un estilo de vida saludable. Cuida tu alimentación y haz ejercicios como salir a caminar.
- Dedica un tiempo sólo para ti. Tal como los hombres aprovechan de ver su programa favorito después del trabajo, tú también debes disponer unas horas para tu entretención, sin interrupciones.
- Y pon límites y aprende a decir que NO cuando sea necesario.
Es importante darte cuenta de que estás cansadas y más importante aún es saber que esto no tiene nada de malo. ¡Porque no tiene nada de malo decir: Sí, estoy cansada!
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