Esta semana comenzó a circular en redes sociales una emotiva carta escrita por Leah Carroll, madre de Malachi, un pequeño de cuatro años con discapacidad. La mujer le escribió una nota a una desconocida madre por la forma en que ella y sus hijos trataron a su pequeño en un restaurante.
Leah Carroll se dirigió a una madre anónima con la que compartió unos breves minutos en un restaurante de Tennesse, Estados Unidos, y relató su experiencia junto a su hijo, Malachi: "Llevaste a tus niños hacia donde estaba Malachi y dijiste: '¡Apuesto a que le gustaría saber nuestros nombres!'. La felicidad en su rostro me llenó los ojos de lágrimas", relató.
Más adelante Leah explica que los niños continuaron preguntándole sobre su silla de ruedas y otras cosas, por lo que agradeció que esta madre se acercara junto a sus hijos y los ayudara a entender que ser diferente está bien.
Según informa Fox News, Malachi nació en 2013 con sólo 24 semanas de gestación. Al llegar al mundo no tenía latidos del corazón y tuvieron que transportarlo a la unidad de cuidados intensivos, donde estuvo varias semanas.
¡Un gesto y lección del que todos podamos aprender!
https://www.facebook.com/jacobleah.bellcarroll/posts/10100707570929646
A continuación puedes leer la carta completa, que ya tiene más de 209 mil "me gusta" en Facebook:
"A la madre de tres niños en Chick-Fil-A. Sentí tu pánico cuando tu hijo de cinco años señaló a mi hijo en su silla de ruedas y gritó '¡mamá, mira a ESE niño!'. Te inclinaste hacia él y en voz baja le dijiste a él y a su hermano de tres años que no debían decir cosas como esas y que no debían señalar o mirar fijamente. Pero como en la mayoría de los casos, esas sugerencias son fútiles con las mentes jóvenes y curiosas, y continuaron mirándolo fijo y haciendo preguntas acerca de las diferencias de mi hijo en voz alta. Cuando sentiste que los susurros no estaban funcionando, vi que el pánico desapareció, tomaste un gran respiro y cobraste coraje. Llevaste a tus niños hacia donde estaba Malachi y dijiste: '¡Apuesto que le gustaría saber sus nombres!'. Cuando dijeron sus nombres, mi pequeño Malachi sonrió de oreja a oreja y les respondió atropelladamente. El placer en su rostro me llenó los ojos de lágrimas.Ama a los niños de su edad, pero muchos temen venir y hablar con él. Tus niños continuaron preguntándole sobre su apoyabrazos, su silla de ruedas, por qué sus piernas no funcionan, por qué mantiene la boca abierta de esa forma. Tomaste el tiempo para educar a tus hijos en ese momento y los ayudaste a entender que ser diferente está bien. Lo diferente no es algo a lo que temer ¡Y que está bien hacer preguntas! Gracias por darle a mi hijo la oportunidad de conocer a tus niños. Gracias por ser la clase de madre que educa a sus hijos en lugar de tratar de silenciarlos. Las madres de niños especiales tenemos que desarrollar una piel gruesa contra miradas, comentarios y susurros. Por favor, sepan que lleva mucho trabajo lastimarnos, especialmente cuando viene de niños pequeños. Den a sus hijos la misma gracia que nosotros les dimos y usen la oportunidad para enseñarles sobre diferencias. Así que, mamá de Chick-Fil-A, gracias por criar a tus hijos para que puedan abrazar a Malachi. Y gracias por darle a mi hijo algo por lo cual sonreír".