En el capítulo 13 de Pero con Respeto, Kenita Larraín fue la protagonista del programa, revelando varios detalles de su vida como el aborto que sufrió y el Covid que afectó a su familia.
La entrevista tuvo una energía bastante especial, y Julio César Rodríguez agradeció este momento de sinceridad con la ex modelo.
Kenita contó la emoción que sintió al convertirse en madre a los 42 años, y que aún siente una ilusión de darle una hermana a Sofía. Sobre su pequeña asegura, «Cambió totalmente mi vida… Ella es una gran maestra en mi vida».
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El aborto que sufrió Kenita Larraín
La ex modelo reveló en el programa que gran parte de su familia tuvo Covid, y que muchos cayeron muy enfermos. Por su parte ella fue derivada a la clínica por una neumonía.
Así contó que cuando ingresó al recinto médico, tenía sospecha de embarazo y un test de sangre lo confirmó. Kenita Larraín estuvo internada una semana, y antes de salir y volver a casa, le comunicaron que había sufrido un aborto.
«Me faltó contención. Estaba sola, nadie se podía acercar. Fue una etapa muy difícil, con varios de mi familia bastante graves… Fueron momentos súper difíciles, y para mi era un sueño volver a ser mamá».
Julio César Rodríguez le preguntó a Kenita si el sueño se mantenía hasta ahora. «Sí, me gustaría, me gustaría que Sofía tenga una hermana», explicó. Y es que para la ex modelo estas ganas es por la relación que mantuvo con su hermano, que define como un vínculo precioso.
«¿Lo estás intentando?» mencionó Julio César Rodríguez, pero entre risas Kenita Larraín no respondió.
El Discípulo del Chef fue una terapia para la ex modelo, porque cuando comenzaron las grabaciones solo la habían dado de alta dos semanas antes. Además venía cargando con las hospitalizaciones por Covid de sus familiares y la pérdida que sufrió de su bebé.
Con esa sensibilidad, Kenita confesó que en cada programa lloraba, incluso cuando sus compañeros se iban eliminados. Para ella esto fue parte de su duelo y un momento de sanación. «Después comprendes de otro lugar, entiendes que todo es perfecto. Y esa es la última etapa del duelo donde es tu sanación. Esa alma venía a este sistema familiar por esa cantidad de tiempo y ese era su destino y misión en este árbol familiar».
Kenita Larraín confesó incluso que el bebé que perdió sigue siendo parte de su familia y le puso nombre. «Sí, se llama Miguel, pero porque cerré los ojos y sentí que era hombre…».
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