Hace ya varios años que las redes sociales han llegado para quedarse. Estas no son ni buenas ni malas, aunque si pueden pasarnos la cuenta dependiendo el uso que les demos.
En la consulta me toca ver a muchas parejas tener conflictos relativos a éstas. Hay que agregar que el tiempo que se destina a ellas ha aumentado en el contexto de COVID-19 y que al estar 24/7 con nuestra pareja, ese tiempo queda en evidencia.
Muchos planes de Internet ofrecen redes sociales gratis y aunque no paguemos ni uno (cosa que se agradece) esto puede tener un tremendo costo.
La dependencia a Internet se asocia a síntomas como afecta ansiedad, depresión, sentimientos eufóricos ante una buena señal de WIFI, pérdida de sentido del tiempo, aumento de peso y evitación del trabajo. También tiene serias consecuencias para aquellos en relaciones románticas. El uso excesivo de Twitter y Facebook se ha relacionado con infidelidad, rupturas y divorcios, a menudo asociados a conflictos sobre el tiempo destinado en estas plataformas.
Las investigaciones indican que el uso de redes sociales puede hacernos sentir tristes. Según un estudio de la Universidad de Michigan, entre sus participantes, cuanto más usaban Facebook, peor se sentían. Es probable que esto se deba a las comparaciones sociales. Es altamente frecuente experimentar comparaciones sociales al mirar a través de las fotos glamorosas de las redes sociales, leer los mensajes de felicidad eterna y sentir que nuestra propia vida tiene mucho menos de eso en comparación. La exposición repetida a estas comparaciones puede conducir a creencias poco saludables sobre nuestro valor personal. Un estudio reciente ha demostrado que las redes sociales pueden aumentar o disminuir los sentimientos de soledad, dependiendo de cómo la gente las use. Las personas que tienden a ser más pasivas en línea (leer los mensajes de otros) tienen un mayor riesgo de aumentar los sentimientos de soledad y la falta de pertenencia.
Entonces, ¿qué hacer?
Asume la responsabilidad
Tal como en la vida real, las redes sociales son un lugar donde cada uno es responsable de sus propias acciones y cada uno de nosotros puede elegir un comportamiento que sume y aporte (espero que varios de los que usan Twitter lean esto). Asegúrate de que lo que publicas (si es público) es algo que sin duda compartirías con tu futuro jefe, tus amigos y tu familia. No actúes de forma rápida o impulsiva, tómate tu tiempo y elige tus palabras.
Practica la moderación
Al igual que en cualquier otra actividad, la moderación es la clave. Demasiadas redes sociales pueden paralizar tus habilidades sociales, así como muy pocas pueden hacerte sentir como si estuvieras mirando por la ventana mientras todos juegan afuera. Usa la tecnología de una manera consciente, diferenciando entre las interacciones en línea y las interacciones de la vida real. Cada vez que salgas (cuando se pueda) con tus amigos o tu pareja, deja a un lado tu teléfono y concéntrate en las interacciones cara a cara. Por el contrario, cuando estés distanciado físicamente, las redes sociales (en su justa medida) pueden ser un aliado.
Busca tú ¿para qué?
Las redes sociales son una herramienta como cualquier otra. Las podemos usar para hacer nuestras vidas un poco más fáciles. Piensa en el propósito principal de tu comportamiento en línea. ¿Es una forma de evitar problemas de la vida real o es una forma de ser más productivo y eficiente? Identificar la razón principal por la que elegimos conectarnos puede marcar la diferencia.
Sé consciente
Es fácil distraerse con las redes sociales, las notificaciones de los 450 grupos de WhatsApp, los correos electrónicos, las noticias, los vídeos de gatitos o gatitas, las llamadas de números desconocidos ofreciéndote cosas que no necesitas y los mensajes de texto. Asegúrate de programar algún momento todos los días en el que estés completamente consciente de lo que estás haciendo. Por ejemplo, cuando te duchas en la mañana, cuando conversas con tu pareja, juegas con tus hijos o con tu mascota. También puedes practicar el hacer una cosa a la vez. ¡Dile NO al multitasking! Un tiempo libre de tecno-distracciones te ayudará a concentrarte mejor, mejorar tus habilidades cognitivas y tu rendimiento. También reduce el estrés, la tensión y permite disfrutar más plenamente del tiempo libre y de los seres humanos que te rodean. Recuerda que una mente distraída es una mente infeliz.
Si quieres saber más sobre el tema escucha “Cómplices, Los Dos” todos los jueves a las 19:00 horas.
Rodrigo Jarpa es Magíster en Psicología Clínica, Doctor en Sexualidad Humana. Fundador & Docente, Academia de Psicología & Bienestar. Miembro de la American Association of Sexuality Educators, Counselors and Therapists.
Síguelo en su cuenta de Twitter: @rodrigojarpa
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