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6 razones por las que el sexo programado puede ser la mejor opción

Aunque el sexo espontáneo parece ser lo ideal, lo cierto es que el programado ofrece muchas ventajas que vale la pena descubrir.

Sex

El sexo espontáneo pareciera ser el “Santo Grial” de las relaciones sexuales.

En las películas, por ejemplo, lo vemos constantemente; parejas que se encuentran con las mismas ganas y pasión, exactamente al mismo tiempo, para disfrutar de un encuentro intenso, sin interrupciones, cansancio ni distracciones y terminar fumando en la cama.

Pero en la vida real, las cosas pueden ser bastante diferentes. Es muy poco probable que en las parejas aflore el deseo sexual de manera espontánea y al unísono. Junto a esto, en la vida agitada y llena de actividades que solemos llevar, muchas veces no queda otra alternativa que ponerse de acuerdo para encontrar los momentos apropiados.

Estos pueden ser momentos de intimidad que no necesariamente impliquen el tener relaciones sexuales. La idea no es obligarte o forzar el deseo, pero si disponerte a que  te visite, generando el ambiente y las condiciones para que pueda hacerlo.

Algunas personas consideran impensable el sexo programado. Sin embargo, pueden haber bastantes ventajas si sacamos nuestras agendas y nos programamos. Estas son algunas de ellas.

1-Activa la anticipación y reactiva el deseo

Programar el sexo puede reactivar el deseo, haciendo que la intimidad sea una prioridad nuevamente (si es que ha dejado de serlo). Si pensamos en el sexo como un viaje, por lo general, antes de viajar tenemos programado el día, la hora y el lugar de partida.

Si no lo programamos, es probable que no viajemos nunca. Por otro lado, el tener algunas cosas definidas con antelación, no definen que es lo que va a ocurrir durante el viaje. Programar el sexo, al igual que programar los viajes, puede introducir la anticipación y esperar con ansias a que llegue ese día.

2-Ayuda a priorizar el placer

El sexo puede quedar en el olvido cuando tenemos 1000 cosas por hacer, abunda el estrés y el cansancio. Esto es particularmente cierto para las relaciones de largo plazo.

Programar tiempos para el sexo ayuda a priorizar esta dimensión de nuestra vida, de la misma manera en que lo haríamos con cualquier otro aspecto de la vida que sea importante para nosotros.

3-Disminuye las presiones

Cuando el sexo es parte de la rutina, hay menos espacio para estresarse sobre quién tomará la iniciativa o cuando lo hará. Esto puede disminuir la preocupación sobre la frecuencia.  El tener una vida sexual activa y satisfactoria, nos ayuda a disminuir nuestro nivel de estrés en general y la presión de tener al sexo como otro punto más en la lista de pendientes.

Programar tiempos juntos en pareja para conectarse eróticamente puede ser una buena fuente de tranquilidad y calma, no solo en lo que respecta a la relación, sino que en la vida en general.  

sexo programado

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4-Es útil cuando hay distintos niveles de deseo

En las relaciones donde los niveles de interés y deseo sexual tienden a ser muy dispares, programar el sexo puede reducir la presión del que tiene más deseo, de ser siempre quien tome la iniciativa, sentir que anda “mendigando” y exponerse al rechazo.

Por otro lado, para la otra persona puede ser tranquilizador el no exponerse a rechazar a su pareja o sentirse constantemente en deuda.

5-Aumenta las probabilidades de tener sexo con más frecuencia

Si no hay tiempo o espacio, no hay sexo. Si no buscamos y priorizamos esos tiempos y espacios en pareja, es poco probable que lleguen de la nada.

La satisfacción que pueda surgir de ellos, funcionará como refuerzo positivo. Es decir, aumentará las probabilidades de que se repita la conducta.

6-Puede que ya haya sido la mejor opción y lo hayas olvidado

¿Te acuerdas de las primeras etapas de tu relación? Puede que con tu pareja buscaran las ocasiones en que ambos pudieran juntarse, acordaban la hora y el lugar de las citas y esperaban a que llegaran esos momentos. Por lo general, al inicio de las relaciones planificamos con bastante detalle cada encuentro para potenciar el placer y el pasarlo bien.

Organizábamos y afinábamos los detalles de nuestras citas y no dejábamos al azar ni los calzoncillos o calzones que íbamos a usar. Si tienes buenos recuerdos de esos primeros encuentros planificados, puede ser una buena idea retomarlos y volver a disfrutarlos.


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