¿A quién no le ha pasado que en medio de una situación incómoda sientes que comienzas a ponerte rojo? Todo parte con sentir el calor en tu piel y de pronto estás más rojo que un tomate, eres incapaz de ocultarlo y siempre aparece la persona graciosa que te lo restriega en la cara, cosa que solo empeora la situación.
Esto es algo habitual que sufren muchas personas, pero ¿cuál es la verdadera explicación a este bochorno?
Lo cierto es que no solo les pasa a las personas tímidas, sino que se trata de una respuesta fisiológica que sucede de forma súbita e incontrolable, según la psicología.
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La piel cuenta con numerosas terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos que se dilatan acelerando nuestro ritmo cardiaco, dando paso al rubor en las mejillas.
Normalmente esto se asocia a ciertas situaciones en las que se experimenta ira, ansiedad o excitación, además de que les suele ocurrir a personas tímidas, inseguras e introvertidas.

¿Cómo evitar ponerse rojo?
En este sentido es que Cristina Ruiz, psicóloga del Centro Médico Teknon y miembro del Colegio Oficial de Psicología de Catalunya, asegura que “es algo que nos sucede a todos, en mayor o menor grado, y no siempre está provocado por una situación de vergüenza. A veces se trata de una cuestión más fisiológica de cada uno”.
Según la psicología, el problema ocurre cuando la persona se obsesiona, hay ciertos sujetos que pueden desarrollar eritrofobia, miedo a ponerse rojo.
Para combatirlo "debemos desdramatizarlo, no es algo tan terrible, y tomarlo como algo intrínseco a nuestra personalidad", añadió la profesional.
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Otra manera para evitar ponerse rojo, es a través de la respiración y ejercicios de relajación.

