Actualmente vivimos en una era en la que la tecnología es uno de los elementos más importantes. La gran diversidad de computadores y smartphones con acceso a Internet, entre otros dispositivos, nos abre un abanico de oportunidades de comunicarnos e informarnos. Sin embargo, producto de esa abundancia podemos vernos sometidos a un tipo de estrés muy especial: el tecnoestrés.
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Las cosas que se pueden considerar ampliamente como beneficios de la tecnología también puede tener sus consecuencias negativas. En ese sentido, el término de tecnoestrés nació en 1997 de la mano de Larry Rosen y Michelle Weil, quienes explicaban este trastorno como una adicción psicológica que puede suponer el uso continuado de la tecnología, según indica «Muy interesante».
Algunas de las características que destacaban era la necesidad de adquirir las últimas novedades en tecnología o, por otro lado, el empobrecimiento o la desaparición de las relaciones sociales.
Es así como el tecnoestrés se ha convertido en un fenómeno cada vez más frecuente y que se manifiesta principalmente en los más jóvenes. Un trastorno que hace sentir la necesidad de estar siempre conectados y que, según la publicación, lleva a una sensación de ansiedad, estrés, nerviosismo y frustración que puede provocarnos consecuencias nefastas en nuestra vida si no sabemos gestionarlo adecuadamente.
Cómo prevenir el tecnoestrés
Según un documento publicado por la Asociación Chilena de Seguridad, existen cuatro consejos que te podrán ayudar a prevenir caer en este trastorno:
- Establecer límites propios en forma consciente frente a la tecnología. No desesperarse si es que se cae un sistema o hay mala señal.
- Reservar un día a la semana sin tecnología y descansar de esta. Así fomentas la comunicación hablada y tus relaciones personales.
- Especificar el uso de la tecnología. Puedes utilizarla sólo para lo que sirve, no extendiendo su uso.
- Limitar el horario de conexión de Internet. Asígnate momentos en el día libres del uso de Internet.