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Colegio de Pozo Almonte instala cubículos de plástico ante posible vuelta a clases

El Colegio Academia Pozo Almonte intentó arreglar una de sus aulas de clases con cubículos de plástico como experimento ante el posible regreso de alumnos.

suspensión de clases todo abril

Una de las grandes interrogantes ante la crisis sanitaria global es el regreso a clases presenciales. Es más, en Chile hay opiniones divididas al respecto, por lo que el Mineduc está trabajando en un plan de retorno a clases, que esperan sea posible este mes de mayo.

Mientras, los colegios también están buscando opciones para resguardar a sus alumnos ante el posible regreso a clases. En un colegio de Pozo Almonte, por ejemplo, adaptaron una de sus salas con cubículos de plástico, para ver si es una forma segura de prevenir el contagio por Covid-19. 

Sin embargo, desde el establecimiento explicaron que el experimento no dio resultado. Según lo informado por La Tercera, el Colegio Academia Pozo Almonte compró materiales e hizo cubículos a base de tubos de PVC, como estructura que sería envuelta con láminas de plástico. Cada uno tendría distancia de un metro entre sí.

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Miriam Cabalín, sostenedora del colegio, explicó al citado medio: «Lo que hicimos con las mesas, fue un invento. Compramos material para ver qué tan efectivo era, y la verdad es que esto no será efectivo bajo ningún punto de vista”.

“Esto sería cómo quedaría la sala en caso de que el Estado obligue a nuestros niños a volver a clases. Es algo que hicimos tratando de buscar una forma, pero no lo vamos a utilizar”, agregó.

Un tema muy cuestionado sobre la vuelta a clases es la cantidad de estudiantes por sala, ya que la mayoría de los establecimientos tiene alrededor de 40 o más alumnos por sala.

Este colegio también tomó en cuenta esto en el experimento. Cabalín explicó que antes tenían 36 alumnos por sala y si pusieran estos cubículos, solo cabrían 14.

“Estamos bien desesperados de ver cómo protegemos a los niños, pero el regreso a clases es algo bien utópico”, señaló la sostenedora.

“Acá la gente no tiene internet ni computadores, con suerte tienen celular. Hemos hecho hartos intentos, vimos la forma de poner casetas en las salas, pero ¿cómo se va a dirigir el profesor al niño? Este es un experimento que hicimos, pero que no dio resultados”, sentenció.

 


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