Con la pandemia del Covid-19, gran parte de los chilenos tuvo problemas con sus pesos porque no se podía salir a realizar alguna actividad física y la salud mental también se vio deteriorada generando una incontrolable ansiedad. Esto último fue lo que le ocurrió a Romina Sáez.
La ex chica Mekano fue entrevistada por Las Últimas Noticias y explicó que tuvo que ponerse un balón gástrico para bajar de peso y volver a su talla 38.
«Tengo 41 años, siempre he sido muy atractiva y exuberante, he hecho muchas pesas en el pasado y mi talla era 38. Pero comí más y llegué a la talla 44. No me sentía bien: Sufría de dolor de espalda, cuello y estaba cansada», contó Sáez.
Tras comenzar a buscar alguna solución, la modelo encontró al gastroenterólogo, Ricardo Benavente, quien le propuso una alternativa. «El 9 de julio me lo instaló y en menos de cuatro meses bajé 13 kilos y 30 centímetros de cintura. Hace un par de semanas me lo retiró y me siento muchísimo mejor», explicó Romina Sáez sobre el balón gástrico.
El proceso del balón gástrico
Según Benavente, es un procedimiento poco invasivo, ambulatorio y rápido. «Se realiza una endoscopía mientras el paciente está en sedación profunda, se instala este balón de silicona como si fuera un globo desinflado y queda una manguerita que sale por la boca. Luego se llena con 500 a 700 cc de suero. Después se retira», dijo el doctor.
Además, menciona que esto no tiene un fin estético, sino que médico para las personas que no han tenido resultado con las dietas.
Pero, ¿cómo funciona el balón gástrico que le pusieron a Romina Sáez? Benavente explica que el estómago tiene menos espacio para la comida y la persona siente saciedad muy pronto.
Romina ha seguido todo al pie de la letra, ya que tras someterse a este procedimiento tuvo que tener una estricta alimentación. «Las dos primeras semanas solo pude tomar sopas, caldito de pollo, posta de vacuno, líquidos y jaleas.
También contó que dejó las bebidas y le indicaron que no podía fumar, pero una noche estaba con ansiedad por lo que prendió un segundo cigarrillo y al instante se sintió mareada.