Este lunes se confirmó la muerte del papa Francisco a la edad de 88 años. La información fue revelada por el Vaticano y este sábado 26 de abril serán sus funerales.
La elección de Jorge Mario Bergoglio, su nombre antes de convertirse en Francisco, fue un antes y un después, convirtiéndose en el primer Sumo Pontífice latinoamericano, justamente después de todas las polémicas que envolvían a la Iglesia Católica.
El papa Francisco abordó temas que nunca antes habían sido tocados, como la desigualdad, el medio ambiente, derechos humanos y los escándalos de abuso dentro de la Iglesia, todo ello con una visión crítica y progresista. Su estilo siempre fue cercano al pueblo, sin lujos ni protocolos innecesarios.
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Recordemos que antes de morir, el papa Francisco dejó instrucciones sobre su funeral: pidió sencillez y humildad.

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La historia poco conocida del papa Francisco
Detrás del pontífice, había una historia poco conocida pero tremendamente humana que tiene origen cuando solo tenía 12 años.
Jorge Mario Bergoglio se enamoró de su vecina llamada Amalia Damonte, en el barrio de Flores, en Buenos Aires. Ambos eran pequeños niños pero su vínculo era tan fuerte que él llego a prometerle: "Si no puedo casarme contigo, me haré sacerdote".
De hecho, Amalia Damonte compartió esta anécdota en una entrevista cuando él fue elegido papa.

Según la mujer, ambos compartieron una infancia humilde, con juegos en la calle, pero llena de solidaridad por los más necesitados.
“Era grande, maduro, una maravilla de muchacho”, recordó Amalia en aquella ocasión. “Jugábamos en las aceras o en los parques de la zona, bailábamos… algo muy lindo”.
Fue aquí cuando el papa Francisco le escribió una carta con la promesa: si ella no aceptaba casarse con él, se convertiría en sacerdote. Pero la respuesta nunca llegó.
Pues la madre de Amalia encontró la carta, la castigó y le prohibió cualquier contacto con el joven Jorge.
Poco después, Jorge Mario Bergoglio ingresó al seminario. Ambos siguieron con el vínculo a través de cartas, pero el destino los llevó por caminos separados.
La familia Bergoglio se mudó, y poco después también lo hizo la familia Damonte. Amalia formó su propia familia, mientras que Jorge Mario siguió la religión católica.
Después de décadas, ella rompió el silencio y aseguró: "Creo que él es muy sensato, y yo soy así también. Soy muy humilde. Tal vez en ese sentido podríamos ser almas gemelas. Como somos muy humildes, amamos a los pobres. El problema es que hoy en día no hay amor por los pobres. La gente ama la ropa elegante y nada más”.
