A través de redes sociales se ha viralizado el video de un llamativo producto, el cual podría “hackear” la tarjeta Bip! de modo que los usuarios que la tengan puedan viajar gratis en el Metro de Santiago y Buses Red.
La empresa que lo ofrece cobra cerca de los 400 mil pesos chilenos, también ofrecen despachos a domicilio el mismo día de compra en la región Metropolitana y entrega presencial en la comuna de Puente Alto.
La tienda opera desde 2023, y se enfoca en entregar productos para ciberseguridad. En su sitio web indican que su objetivo es “fomentar la conciencia sobre el uso adecuado, la aplicación responsable y la ética en el manejo de estos dispositivos”. Sin embargo, usuarios la han ocupado para malas prácticas, tales como evadir el pago del transporte público.
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La empresa indica que este dispositivo sirve “para auditorías, pentesting y ethical hacking, capaz de realizar pruebas de ciberseguridad en diversos sistemas”, pero, ¿qué significa esto?
El pentesting consiste en simular ataques de ciberseguridad, busca vulnerabilidades, mientras que las auditorias evalúan medidas de seguridad existentes. Por su parte, el ethical hacking es un servicio similares a los mencionados anteriormente, ya que identifican y solucionan debilidades de los sistemas a modo de prevención ante un posible acceso no autorizado.
¿Cómo funciona este aparato que afecta al Metro de Santiago?
"Tiene la capacidad de poder leer tarjetas Bip! Y yo puedo hacer las copias que yo quiera. Entonces, cuando tenga las copias realizadas, no se descuenta del saldo original de la tarjeta, yo tomo esta copia virtual, la emulo, lo pongo sobre el torniquete y paso", se explica en el viral registro.
Además de “hackear” la tarjeta Bip!, este artículo también sirve para leer señales de un control remoto, el aire acondicionado hasta los microchip de nuestras mascotas.
Y por si fuera poco, tiene usos incluso para modificar portones automáticos de edificios, clonar llaves de vehículos y tarjetas de acceso, descifrar señales de radio, entre otras posibilidades. Por estas razones, su uso ya ha sido prohibido en países como Canadá y Brasil.
