Si eres de esas personas que le encanta cocinar cosas ricas pero le carga el olor a comida que queda en la cocina, estás en el lugar perfecto, hoy te contamos cuáles son las plantas que te ayudarán con este problema.
Algunas especies ayudan a purificar el aire y a mantener un aroma fresco y natural en este espacio, además de ser decorativas y fáciles de cuidar.
Sigue leyendo para conocer cuáles son algunas de las plantas perfectas para neutralizar olores y darle un toque de frescura a tu espacio culinario.
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Plantas para eliminar el olor a comida en tu cocina
A continuación, te contamos cuáles son las cuatro especies de plantas que tienes que tener en la cocina si quieres eliminar el olor a comida.
Potus
El potus es una planta de interior muy fácil de cuidar, y es una excelente opción para tener en la cocina.
Y además de eliminar los malos olores, esta planta tiene la característica de purificar el aire de sustancias nocivas. Es de riego moderado, necesita luz indirecta y requiere una temperatura de entre 13º y 30ºC.
Perejil
En segundo lugar de este listado tenemos el perejil, una de las plantas aromáticas que siempre debes tener en la cocina, ya que además de eliminar los malos olores con solo tocarla, la puedes usar para tus preparaciones.
Necesita riego con frecuencia y en pequeñas dosis. El suelo debe estar siempre húmedo y recibiendo poco sol.
Cinta
Esta es una planta que siempre está verde, y que además puede sobrevivir en cualquier ambiente. Se aconseja colocarla cerca de una ventana, y además tienes que mantenerla húmeda.
El riego debe ser más frecuente en verano y moderado en invierno. Sobre la iluminación, debe recibir abundante luz solar indirecta. Puede aguantar temperaturas mínimas de -2 °C y máximas de 30 °C.
Hierbabuena
La hierbabuena es la última planta de este listado. Es una especie aromática que puede perfumar toda tu cocina en cuestión de minutos.
Necesita semisombra, por lo que puedes ponerla casi en cualquier sitio. No tiene un riego demasiado exigente, pero siempre puedes fijarte en cómo está la tierra, antes de regarla.
Le gusta el sustrato húmedo y fértil. Para ello, riégala abundantemente, especialmente si hace calor. Ubícala a la luz del sol pero evita siempre los rayos directos.
