El Feng Shui es una filosofía oriental y milenaria, que tiene como objetivo armonizar las energías que fluyen a nuestro alrededor. Se basa en la idea de que cuidar el "chi" (la energía vital) impacta directamente en nuestro bienestar interior.
Para lograr este equilibrio, no solo importa el orden del espacio, sino también las formas, los colores y la incorporación de los elementos naturales.
En este artículo hablaremos precisamente de la escoba, un elemento común en los hogares chilenos.
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La escoba para el Feng Shui
La escoba es un elemento esencial en la limpieza del hogar, pero puede tener un significado más profundo. Según expertos del Feng Shui, la ubicación de la escoba puede influir en la suerte y la prosperidad de quienes habitan el hogar.
Por ejemplo, dejarla cerca de la puerta principal o en pasillos que se frecuentan no es recomendable. Estas zonas son canales de energía, y la escoba podría bloquear o dispersar el flujo positivo. Lo ideal es buscar lugares específicos para guardarla.
Dejar la escoba dentro de un pequeño cuarto o de un armario, simboliza "atrapar la suciedad" y evitar que las malas energías entren al hogar.
Otra opción es dejarla en un rincón poco concurrido. Según el Feng Shui, estas zonas son puntos de acumulación de energía. Por lo tanto, ubicarlas en un rincón, lejos de la entrada principal, canalizará la energía negativa hacia ese lugar en especifico.
Algunas tradiciones sugieren colgarla en la pared, en posición vertical y con las cerdas hacia abajo. Así se evita que absorba la energía del suelo y la esparza por toda la casa. También existe un ritual sencillo, que consiste en dejar la escoba durante la noche en un recipiente con agua y sal, lo que contribuiría a purificarla y liberarla de cualquier carga acumulada durante el día.
Así, un objeto tan común como la escoba puede transformarse, bajo la mirada del Feng Shui, en un canal para mantener la armonía y resguardar los hogares de malas energías.
