Amor

Según estudio, cambiar de pareja no cambia la dinámica de las relaciones

Por muy distinta que sea una nueva pareja, lo cierto es que la dinámica de la relación anterior se mantendrá en el tiempo.

Un estudio, que siguió a 554 personas a lo largo de 8 años, quiso saber si la dinámica de sus relaciones cambiaba cuando éstas cambiaban de pareja.

Y los resultados arrojaron que, una vez pasada la etapa de ‘luna de miel’, solían mantener en sus relaciones nuevas la misma dinámica de las rotas en el pasado.

Para esto tuvieron en cuenta ciertos aspectos de una relación: Satisfacción, frecuencia del sexo, capacidad de abrirse a una pareja,  admiración por la otra persona y confianza en si la relación duraría.

‘Aunque algunas dinámicas de relación pueden cambiar, nosotros seguimos siendo la misma persona. Por eso es que, probablemente, terminemos recreando muchos de los mismos patrones con la próxima pareja’, señaló Matthew Johnson, investigador de la Universidad de Alberta (Canadá) y autor principal del estudio. ‘Un amor nuevo es genial, pero las relaciones continúan más allá de ese punto’.

Todos los aspectos analizados fueron estables en las relaciones pasadas y presentes. Los únicos dos que variaron en la segunda pareja, mostrando un aumento, fueron la frecuencia de las relaciones sexuales y la expresión de admiración por la pareja.

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Bueno y malo

‘Las cosas empeoran a medida que una relación termina y, cuando comenzamos una nueva, todo es maravilloso al principio, porque no estamos involucrando a nuestra pareja en la vida cotidiana, como las tareas domésticas y el cuidado infantil. La relación existe fuera de esas cosas», declaró Johnson. ‘Hay muchos cambios en el medio, pero en términos más generales, tenemos cierta estabilidad en la manera de relacionarnos’.

Esto puede ser bueno y malo. Por un lado, sugiere que las personas no cambiamos de acuerdo a nuestros noviazgos. Pero, por otro, podría implicar que, al mantener la misma dinámica en las nuevas relaciones, no se aprende de los errores.

El estudio también mostró que, quienes tendían a experimentar muchas emociones negativas, les iba peor en sus segundas relaciones. Algo que se reflejaba en una menor frecuencia y satisfacción en las relaciones sexuales, menor admiración por la pareja y conflictos más frecuentes.

Fuente: Filo.news


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