En esta nueva semana de agosto, recibimos una historia de amor en el Buzón FMDOS que emocionó a todo el equipo. Se trata de una mujer -quien prefirió mantener su nombre en reserva- que se enamoró de su amigo 24 años mayor. A continuación, te dejamos el relato contado por ella misma.
“Lo que comenzó como una amistad con 24 años de diferencia, luego fue amor y hoy es familia”
Nos conocimos por esas casualidades que parecen accidentales, pero que el destino teje con delicadeza. Fue en medio de luces, arte y movimiento, gracias a un amigo artista en común. Yo, una bailarina con los pies descalzos y el alma inquieta; él, un iluminador y diseñador teatral con mirada profunda, años vividos y una calma que contrastaba con mi torbellino interior.
Había entre nosotros 24 años de diferencia y, al principio, eso lo decía todo. O mejor dicho, lo decía todo el mundo. Pero nosotros solo escuchábamos nuestras risas, nuestras conversaciones infinitas después de ensayos, cafés al paso y miradas cómplices tras bastidores.
Durante seis años fuimos amigos. De esos amigos que lo saben todo: los amores pastel que me pintaban el corazón a ratos, y los que a él ya no lo pintaban, sino que solo le dejaban marcas. Yo escuchaba las historias de su matrimonio fallido, de sus tres hijos ya adultos, y él me escuchaba a mí, cada vez que creía haber encontrado "el indicado". Qué ironía, ¿no? Tener al verdadero amor enfrente, disfrazado de amistad.
Sigue a FMDOS.CL en Google Discover
Recibe nuestros contenidos directamente en tu feed.
A veces le cantábamos a la vida entre bromas y referencias teatrales, y otras veces, sin saberlo, bailábamos el uno alrededor del otro como si estuviéramos en un ensayo eterno para una obra que no sabíamos que ya protagonizábamos. Todo comenzó como la canción de Miranda, “Perfecta”. Yo decía blanco, él decía negro. Yo hablaba de futuros inciertos, él se aferraba a su presente lleno de responsabilidades. Pero de alguna manera, encajábamos. Como piezas que no venían en la misma caja, pero que igual encajaban.
Fue el 2017 cuando todo cambió. O mejor dicho, cuando dejamos de disimular lo que ya era evidente para nosotros y para todos los que sabían mirar de cerca. Nos lanzamos, aún con el juicio de familiares y amigos flotando en el aire. Porque claro, qué escándalo: una bailarina joven y apasionada enamorada de un hombre mayor, con hijos, historia, y arrugas que hablaban de batallas ganadas y perdidas. Pero a nosotros nos bastaba con una mirada para entender que lo nuestro no necesitaba aprobación.
El amor se instaló sin pedir permiso. No fue un amor explosivo, de esos que arrasan, sino uno profundo, de raíces lentas, que crece en silencio y se fortalece con cada gesto cotidiano. Nos hicimos compañía, refugio, hogar. Nos fuimos enseñando a amar de verdad, con todo lo que eso implica: aceptar lo que el otro es, y lo que no es. Sanar heridas antiguas, reírnos de los errores, y celebrar los aciertos, aunque fueran pequeñitos.
Y así pasaron los años. Nosotros, siempre del lado de adentro del escenario, pero viviendo el romance más genuino tras bambalinas. Sin necesidad de aplausos, sin guion, sin máscara.
Hoy, después de tantos pasos de danza, tantos focos encendidos, tantas conversaciones sobre lo que la vida había sido y podría ser, estamos más enamorados que nunca. Y lo más hermoso de todo: ahora somos tres. Nuestra hija de tres meses llegó a coronar este amor, a demostrar que el tiempo no es un obstáculo, sino un regalo. Que lo que comenzó como amistad, luego fue amor, y hoy es familia.

Dicen que la vida no tiene ensayos. Pero yo siento que todo lo que vivimos antes fue una larga preparación para esto. Para encontrarnos realmente. Para amarnos con la certeza de que lo perfecto no es lo que encaja a la primera, sino lo que persiste, lo que crece, lo que elige todos los días quedarse.
¡Envía tu historia al Buzón FMDOS!
¿Viviste una historia de amor que te marcó? En la Radio de los Dos queremos conocerla. Por eso abrimos este espacio para ti, para que compartas esa historia que cambió tu vida. Puede ser un romance inesperado, una relación que superó desafíos o simplemente un vínculo que te transformó.
Escribe aquí tu relato en un máximo de 1.000 palabras. Porque en FMDOS, tu voz también forma parte de nosotros.
