Kika Silva estrenó un nuevo capítulo de su podcast, donde conversó con el divulgador científico Ismael Palacios-García y Claudia Morales, fundadora de La Casa del Fermento sobre la salud digestiva y cómo consumir ciertos alimentos es fundamental para su cuidado.
En este sentido es que Morales señaló que "hay un indicador que es súper evidente: los gases. Tenemos gases, es normal que tengamos gases, pero cuando esos gases huelen muy mal, ya es un indicador clarísimo de que algo está pasando y no es normal”, explicó.
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Tras esto, la influencer recordó una particular anécdota que vivió con su marido, Gonzalo Valenzuela, cuando llevaban solo unos meses de conocerse. "Les quiero contar una historia. Dentro de este proceso, me dicen que estaba intolerante al gluten, a la lactosa, al cacao y a la cafeína”, partió diciendo.
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“Yo conozco a Gonzalo en nuestros primeros meses y él como que me encontraba exagerada, como ‘vive la vida: come’. Y yo siempre he sido muy gozadora para comer... Nunca he dejado de comer nada, entonces me sentía complicada”, agregó Kika Silva.
Luego comentó que por unos días se trasladaron al sur de Chile, "en un hotel maravilloso, y dije ‘¿sabes qué más? no voy a ser fome: voy a comer de todo’. Ese mismo día, yo ya dormía, y era un hotel súper boutique, entonces no tenía como recepción. Y Gonzalo piensa que la cañería del baño se había echado a perder, estábamos más encima en la pieza como premium”, contó la influencer en el podcast, evidenciando que la del olor era ella.
"Gonzalo se empezó a desesperar, porque no podía llamar a un gasfíter. No podía hacer nada porque no había recepción. Entonces, llega un minuto en que se aburre y dice ‘chao, me voy a acostar y mañana será otro día’”, explicó.
Fue aquí cuando Gonzalo Valenzuela se dio cuenta. "Cuando abre la cama para meterse, y estoy yo metida en la cama durmiendo, se da cuenta que yo era el olor, y ahí entendió que en verdad yo tenía un problema y él no me creía", reveló Kika Silva.
