Nicolás Oyarzún reveló en una reciente entrevista una delicada adicción que ha intentado combatir durante varios años. La confesión se dio en el marco de un diálogo con Javiera Quiroga en el podcast Más que titulares, en el que abordaron temas personales y reflexiones en torno a la denominada “crisis de los 40”.
Aunque el actor se caracteriza por mantener su vida privada fuera del foco mediático, en esta conversación íntima habló sobre aspectos muy personales de su historia.
Entre estos el intérprete compartió su lucha por dejar el cigarro, un desafío que enfrenta desde hace tiempo. Actualmente, lleva dos meses sin fumar, motivado en parte por la reciente experiencia de salud de su padre, quien sufrió un accidente cerebrovascular (ACV) asociado al consumo de tabaco.
“Lo había dejado un año y medio, y después volví con todo, durante mucho tiempo, y ahora lo dejé, con ayuda”, confesó durante la conversación. Respecto al apoyo que ha recibido, señaló que estuvo bajo tratamiento con un psiquiatra y actualmente se encuentra tomando un medicamento específico.
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“No quiero dar el nombre porque sino los que fuman se lo van a tomar”, explicó. Según detalló, este tratamiento consiste en administrar la medicación durante seis meses, ajustando las dosis en determinados momentos para ayudar a reducir la dependencia.
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La relación de Nicolás Oyarzún con el cigarro
Nicolás Oyarzún también reflexionó sobre su relación con el tabaco y la manera en que este hábito llegó a formar parte de su vida.
“Yo fumé mucho, mucho. El cigarro, conmigo viviendo solo, era una suerte de compañía; ahora se me olvida que fumaba”, por lo que todo ha sido “rápido”, según describió sobre su relación con la nicotina particularmente.
El actor de Mega aclaró que su consumo de tabaco nunca estuvo relacionado con lo social, es decir, no fumaba para encajar, acompañar a amigos o integrarse en grupos, como ocurre con muchas personas. Para él, fumar era un hábito íntimo y personal, que formaba parte de su rutina diaria incluso cuando se encontraba solo en casa.
En este sentido, Nicolás Oyarzún reconoció la intensidad de su adicción. “Y me podía fumar dos cajetillas en un día entero”, confesó, dejando en evidencia la magnitud del hábito y el desafío que representa dejarlo atrás.
