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Maly Jorquiera recuerda a su fallecida madre con un emotivo y desgarrador mensaje

Maly Jorquiera se caracteriza por tener un gran sentido del humor y carisma, que comparte cada día con sus seguidores en redes sociales ganándose el cariño del público. Sin embargo, aunque comparte constantemente sus momentos de alegría, las penas también son parte de su vida... como la de todos nosotros.

Maly Jorquiera

Maly Jorquiera se caracteriza por tener un gran sentido del humor y carisma, que comparte cada día con sus seguidores en redes sociales ganándose el cariño del público. Sin embargo, aunque comparte constantemente sus momentos de alegría, las penas también son parte de su vida… como la de todos nosotros.

Por lo mismo, este martes la panelista de «Milf» compartió un desgarrador relato en su cuenta de Instagram al contar cómo vivió el día en que falleció su madre, hace ya 12 años. «Lunes 6 de febrero, el peor día de mi vida. Salí a trabajar y a mediodía recibí la llamada de mi padre gritando y diciendo que mi madre ya no respiraba, que él intentaba reanimarla, pero no funcionaba», comenzó en su relato.

Maly reveló que su madre falleció tras una larga batalla contra el cáncer de mamas y que «la extraño como el primer día y más». «Desearía pedirle perdón por los malos ratos, por las veces que no quise besarla, por las rabias que le hice pasar, no fueron pocas. Quisiera besarle su carita, sentir sus manos acariciándome, sus brazos y su cuerpo conteniéndome, pero no se puede, así que espero hoy volver a encontrarnos en mis sueños, como tantas veces lo hacemos y disfrutar de estar juntas, ir de vacaciones y conversar», expresó en el sentido mensaje.

De inmediato recibió cientos de mensajes de sus seguidores, quienes le enviamos palabras de aliento y también compartieron sus vivencias. «Me emocioné hasta las lágrimas», «Qué lindas palabras», «Ánimo y fuerza» y «Sin palabras» fueron algunos de los comentarios que recibió en la red social.

 

Maly Jorquiera instagram

Revisa el mensaje completo acá:

«Lunes 6 de febrero, el peor día de mi vida. Salí a trabajar y a mediodía recibí la llamada de mi padre gritando y diciendo que mi madre ya no respiraba, que él intentaba reanimarla, pero no funcionaba. No sé cómo logré llegar a mi hogar, solo recuerdo que le pedía en el camino a casa a mi amigo Dios que todo fuera mentira, pero no fue así, mi madre yacía muerta en su cama, con su cuerpo destruido y su cabecita calva, el cáncer de mamas finalmente se la había llevado. Habíamos perdido la larga y extenuante batalla de años contra él y yo en ese mismo instante quise morir, quería irme con mi mamá, a donde fuera que ella fuera, no podía imaginar la vida, ¡el mundo sin ella! Cada parte de mi cuerpo, cada órgano, cada célula de mí, sintió un dolor inexplicable, tan grande, que hasta el día de hoy evito recordar. Te moví, te grite ‘mamá’ y por primera vez estando frente a mi no contentaste, ¡nunca más respondiste! Odié la vida, odié el mundo y odié a Dios, mi ‘amigo’. Hoy 6 de febrero del 2018, a doce años de su muerte, la extraño como el primer día y más, mucho más. Porque la necesito, porque hoy soy madre y mi hijo no conocerá a la gran abuela que pudo tener y porque hoy puedo sentir algo de lo que ella trataba de explicarme sobre tener un hijo y amarlo de una forma inconmensurable e incondicionalmente! Hoy quisiera agradecer cada día que me cuidó y me enseñó y me abrazó y me besó y dio todo por mi. ¡Porque hoy me doy cuenta de qué se trata ser madre y todo lo que conlleva! Desearía pedirle perdón por los malos ratos, por las veces que no quise besarla, por las rabias que le hice pasar, no fueron pocas, quisiera besarle su carita, sentir sus manos acariciándome, sus brazos y su cuerpo conteniéndome, pero no se puede, así que espero hoy volver a encontrarnos en mis sueños, como tantas veces lo hacemos, y disfrutar de estar juntas, ir de vacaciones y conversar. ¡Te amo mamá! ¡Gracias por todo! ¡Gracias por hacerme ser quien soy! ¡Gracias por la vida! Y gracias por a pesar de estar tan lejos, seguir tan cerca, con nosotros, cada día, te siento siempre, por que una madre nunca te abandona. ¡Una madre cuida más allá de la vida y la muerte! ¡Te amo! Tu hija María Paz Jorquiera Péndola».


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