¿A la mujer ensalada y al hombre un pedazo de carne? Siempre se vincula esta acción al momento de ir a comer, por ejemplo, a un restaurante. Y ¿será tan así?.
Según un panel de biólogos y nutricionistas de la Autoridad Europea para la Seguridada de los Alimentos (EFSA), no existe evidencia científica que justifique un mayor consumo de proteínas animales en los hombres. “El ser humano ha evolucionado en un contexto en el que la comida no venía etiquetada para hombres o mujeres», dice Lucía Martínez, nutricionista especializada en Nutrigenómica y autora del libro Vegetarianos con ciencia.
«Como mucho, los hombres tienen más masa muscular, puede que necesiten más calorías, pero no requieren más carne roja por una supuesta necesidad de proteínas. En cambio, las mujeres en determinados momentos de su vida pueden presentar carencias de hierro, cuando menstrúan, o de ácido fólico, cuando están embarazadas, asegura la investigación. De hecho, genéticamente, la que necesitaría más reservas sería la mujer porque asume ese gasto extra en el embarazo y la lactancia, pero su cuerpo ya dispone de las reservas necesarias para afrontarlo. En la actualidad, las diferencias nutricionales entre ellos y ellas no responden a algo biológico sino cultural, y no existen argumentos genéticos que justifiquen esa querencia masculina por la carne o de las mujeres por los vegetales”, menciona Martínez.
Siguiendo con las costumbres alimenticias entre hombre y mujer, es más común que las mujeres coman de manera más compulsiva que los hombres. Este desorden alimentario, se caracteriza por ingerir una gran cantidad de alimentos, sin control de lo que se come, en qué periodos de tiempo ni la obsesión a lo que se ingiere. Esto sería, principalmente, por estrés.