Fue a mediados del siglo XIX, cuando se registró el primer caso de exorcismo en Chile y en Latinoamérica. La afectada fue Carmen Marín, una adolescente de 12 años que supuestamente fue poseída por una fuerza demoníaca.
La pequeña quedó huérfana tras nacer en Valparaíso en junio de 1838, quedando a cargo de una tía.
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Con los años, la joven fue internada en un hospicio de monjas, lugar en el que se cree que un demonio le hizo una posesión. Los documentos de aquella época dejaron registros de que una noche, Carmen Marín rezaba y de un momento a otro comenzó a tener una pesadilla en la que peleaba con el diablo.
Al despertar, se levantó y atacó a sus compañeras de habitación. Desde entonces, la adolescente cambió con síntomas extraños, convulsiones y cambios de voz. Se comenta que insultaba a los demás con garabatos en latín, francés y alemán.
Con toda esta información, fue internada en un hospital de Valparaíso, donde intentó suicidarse tras un año en tratamiento.
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Como era de esperar, los médicos creían que el caso de Carmen Marín era una enfermedad mental, y que lo mejor era enviarla a Santiago, llegando al hospicio de las Hermanas de Caridad de Santiago.
Los fenómenos paranormales siguieron en aumento por lo que sus cuidadoras contactaron al sacerdote José Raimundo Zisternas
Al llegar al hospicio, Zisternas le tomó el pulso y notó una considerable alteración: "Sé de un remedio eficaz para sanarla, una plancha bien caliente", les dijo a las monjas.
Las hermanas fueron a buscar la plancha con la finalidad de invocar al supuesto demonio. "A la Carmen quemarás, pero no a mí", lanzó el diablo junto a movimientos retorcidos y una voz que jamás había oído en su vida.
"Pensaba que la muchacha estaba fingiendo para engañarnos (...) siguió agitándose de un modo violento y con síntomas y contorsiones raras, desconocidas para mí, pronunciando algunas palabras bastante groseras (...) furiosamente se daba contra el suelo", declaró el padre en el documento.
Otra persona leyó el evangelio de San Juan. "Se agitó horriblemente, levantó el pecho de un modo extraordinario, formó un gran ruido con los líquidos que había en su estómago y dobló el cuerpo, abrió cuanto pudo la boca, tomó un aspecto horripilante, los cabellos se erizaron. No parecía una criatura humana", escribió el hombre que antes se declaraba incrédulo.
"No sé lo que pasó por mis compañeros, pero yo puedo asegurar que la sangre se heló en mis venas, tuve que hacer un esfuerzo para presenciar tan nunca visto acontecimiento", aseguró Zisternas.
El primer exorcismo de Chile
Convencidos de que Carmen Marín estaba poseída, tomaron la decisión de hacerle un exorcismo. El primero de nuestro país en 1857.
La adolescente de 12 años, "se agitó convulsivamente, andando tendida boca arriba, sin apoyar los pies ni las manos. Las piernas mantuvieron una sola postura, medio extendidas y juntas".
Pese a los esfuerzos nada resultaba hasta que Zisternas alzó la voz y la tomó de un brazo. "Yo no más estoy autorizado para este caso por el señor arzobispo", le gritó a los presentes. Momento en que el supuesto demonio abandonó el cuerpo de Carmen Marín.
Pero antes de partir el maligno dejó un mensaje:
—¿Tengo facultades para echarte?—, le preguntó el sacerdote.
—Sí—, contestó el demonio.
—¿A qué signo obedeces?
—Al evangelio de Juan, no de San Juan.
—¿Por qué atormentas a la Carmen?
—Para probar su paciencia.
—¿Cuándo volverás?
—Dentro de un año y medio.
—¿Volverás bajo la misma forma?
—No se sabe. Tendrás que averiguarlo
Carlos Martínez se refiere al primer exorcismo en Chile
En este contexto es que, FMDOS conversó con Carlos Martínez, investigador paranormal, quien reveló más detalles de este supuesto exorcismo en nuestro país.
"Ella desde muy joven comienza a escuchar voces y ruidos sobre todo cuando se ponía a rezar, cuando iban las hermanas a rezar a su habitación, comenzaba esta aversión a lo religioso, a decir blasfemias, a agredir, a arañar las murallas. Mordía a otras personas", explicó.
Para probar que la joven realmente estaba poseída, "le enterraban alfileres en su columna y no mostraba signos de dolor. De hecho, un sacerdote la amenazó con quemarla con un brasero y esta joven Carmen Marín con una voz de hombre, totalmente distinta, le dice que sí que la quemara, que a él como demonio no le iba a hacer nada pero a ella sí la iba a afectar entonces lo desafía", comentó.
Y eso no es todo, pues para mantener vigilada a Carmen Marín, la encerraban en una habitación con cadenas y siendo custodiada, "pero después aparecía en otro lugar, se teletransportaba".
Sobre qué genero es más propenso a ser poseído, Carlos Martínez explicó que "las mujeres habitualmente en la adolescencia porque adolecen de muchas cosas, personas religiosas también, hay un patrón de posibles víctimas".
