J.R. Storment es un exitoso hombre de negocios de Oregon, Estados Unidos, quien hasta hace poco dedicaba su vida al trabajo. Llevaba más de 20 años creando soluciones tecnológicas a grandes compañías internacionales sin tomar un descanso.
No obstante, no fue hasta que ocurrió una tragedia que este padre de familia se cuestionó el estilo de vida que llevaba. En plena reunión de trabajo le avisaron que su hijo de ocho años había fallecido. Toda la experiencia la contó en una desgarradora carta.
«Estaba sentado en la sala de conferencias con 12 personas (…) Mi esposa y yo tenemos un acuerdo: cuando uno de los dos llama, el otro responde. Así que me levanté y salí inmediatamente», partió relatando en Linkedin, la red social de trabajo.
«Le dije: ‘Hola, ¿qué pasa?’. Respondió enseguida con voz helada: ‘Wiley ha muerto», tras esto, Storment aseguró que salió corriendo a su casa. «Llegué 12 minutos después y estaba lleno de vehículos de emergencia. Media docena de policías me bloquearon el paso. Cuando un niño muere repentinamente, se convierte en una potencial escena del crimen», agregó.
«Estaba tumbado en su cama, tapado y parecía dormir tranquilo. Puse la mano en el cristal y ya no aguanté más. Me quedé unos 30 minutos a su lado y le acaricié el pelo antes de que vinieran con una camilla para llevárselo. Salí con él, sosteniendo su mano y su frente a través de la bolsa para cadáveres», recordó el padre.
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En su relato el hombre además reconoció que en los últimos ocho años no había tenido ni una sola semana libre, por lo que no había logrado pasar ningún momento importante con su hijo. «Mi esposa me recuerda constantemente las cosas que sí hizo», explicó.
Respecto a la causa de muerte del pequeño,señaló que se debió a una epilepsia que le habían diagnosticado hace un año y que normalmente desaparece con la pubertad.
El consejo del padre «trabajólico» a otros como él
Ante la dolorosa experiencia por la que atravesó, el padre aprendió una lección que quiso compartir con otros padres.
«¿Qué hacer entonces? Abracen a sus hijos. No trabajen hasta tarde. Lamentarán no haber gastado su tiempo en ellos. Seguro tienes reuniones con clientes o de trabajo ¿Te reúnes regularmente con tus hijos? (…) No te pierdas las cosas que importan», aseguró.
Por lo demás, el hombre reconoció que de toda esta tragedia había sacado algo positivo. La relación con su otro hijo había mejorado drásticamente.»Aprendí a dejar de postergar las cosas que pide», comentó.
«Espero que con esta tragedia, empieces a considerar las prioridades de tu propio tiempo», concluye en su carta, la cual ya ha sido compartido casi 40 mil veces en la plataforma.