• Insomnio: La falta de sexo causa problemas para dormir y además provoca un descenso en la concentración, irritabilidad, fatiga, pérdida de reflejos y coordinación de movimientos como producto de un mal descanso. Esto se debe a que durante el acto sexual se segrega oxitocina, una de las hormonas encargadas de aumentar la calidad del sueño. Por eso, la disminución de la frecuencia puede desencadenar esta problemática.
  • Migraña: Los neurólogos de la Universidad de Münster de Alemania determinaron en un estudio que la actividad sexual ayuda a eliminar el dolor de cabeza o las migrañas, ya que además funciona como analgésico. Por esta razón, la falta de sexo puede favorecer este tipo de malestares.
  • Estrés: Los cambios de humor suelen ser uno de los indicadores más notorios. Altibajos en el carácter, aislamiento social y retraimiento suelen ser las señales más evidentes.  Todas estas sensaciones generan estrés a nivel físico y emocional.
  • Falta de brillo en la piel y el cabello: Durante el acto sexual los poros de la piel se abren y van liberando impurezas, facilitando la eliminación de toxinas a través del sudor. La circulación sanguínea se activa y de esa forma hay una mayor «limpieza» de adentro hacia afuera. Por su parte, el cabello también se resiente, se reseca y se debilita cuando no hay sexo.
  • Aislamiento:  Dejar de relacionarse con el sexo opuesto íntimamente de manera repentina o paulatina puede ocasionar aislamiento social. Esto se debe a que hay una baja en la producción de endorfinas, una de las sustancias encargadas de mantener el buen humor. En casos extremos, el individuo incluso puede comenzar a experimentar soledad, depresión o ansiedad.