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Alivia los síntomas del reflujo con estos consejos prácticos

El reflujo es una enfermedad gástrica que se origina por el mal funcionamiento del esófago, cuyos síntomas puedes evitar modificando ciertas conductas del día a día.

El reflujo es una enfermedad gástrica que se origina por el mal funcionamiento del esófago.

Es decir, cuando el esfínter esofágico interior, que es la válvula que controla el paso de contenido del esófago hacia el estómago, está alterada o se relaja de forma inadecuada, eso genera que el contenido vuelva a pasar al esófago, irritando así la mucosa y causando un ardor.

Ardor que puede ir acompañado también de tos seca y problemas para comer, entre otros síntomas.

¿Cómo combatir el reflujo?

Si bien existen antiácidos que ayudan a calmar los síntomas, por lo general basta con modificar ciertas costumbres para mejorar las manifestaciones provocadas por un reflujo gastroesofágico.
  • Bebe después de cada alimento una taza de té de manzanilla o menta.
  • Evita ingerir alimentos 2 o 3 horas antes de irte a la cama.
  • Reduce la ingesta de bebidas con gas, pues provocan hinchazón y agravan el reflujo gastroesofágico.
  • Come despacio y en calma. Tomarse un tiempo para masticar bien los alimentos permite evitar una sobrecarga demasiado fuerte del estómago.
  • Consume a diario un puñado de almendras crudas, ya que éstas te ayudarán a balancear el pH del estómago.
  • Ingiere té de diente de león para favorecer la digestión o bien, puedes optar por colocar en tus comidas una pizca de cúrcuma.
  • Reduce el consumo de alimentos ricos en grasas, porque disminuyen la potencia del esfínter esofágico, favoreciendo así el reflujo. Entre ellos, la leche entera, el chocolate, las especias y las hierbas, los cítricos, la menta, las cebollas y los embutidos.
  • Las bebidas alcohólicas, como el vino, la cerveza o destilados fuertes, participan en el relajamiento del esfínter esofágico, agravando así el riesgo de reflujo.
  • Evita el café y el té, pues también favorecen el relajamiento del esfínter, irritando la mucosa del esófago.
  • Eleva la cabecera de tu cama unos 10 centímetros o coloca unas almohadas bajo tu cuello. La idea es que tu cuerpo permanezca inclinado, de manera que el contenido gástrico no suba por el esófago.
  • Evita la ropa demasiado apretada y cinturones, pues aumentan la presión sobre el abdomen.
  • Erradica el tabaco, ya que incrementa la acidez gástrica.
  • Haz deporte, pues elimina las tensiones, controla el peso y contribuye a un descanso reparador.

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