Karen Paola ha regresado al mundo del ojo público para sorprendernos con la regrabación de sus canciones más antiguas, las cuales presentaba en el programa Mekano en 2003. ¡Cómo olvidarlo! Muchas quisieron ser ella, con sus pegadizas coreografías y su linda voz.
La cantante ha sido recordada a través de los años por su gran desplante y su imagen de mujer poderosa, la que no se deja derribar por nada y es exitosa.
En cuanto al panorama actual, indica que esta época de su vida tendrá mucho pop, ya que siempre ha estado inspirada en ese estilo. De igual forma este último ha evolucionado mucho, al igual que ella.
La exitosa Karen Paola señala también que, a la par de los lanzamientos de Dime y No Por Él, se ha sentido muy apoyada. “No me imaginaba el nivel de amor. Ha sido realmente una avalancha de comentarios positivos con los que me he sentido querida”, dijo en conversación con FMDOS.
Algo que también ha llamado la atención es el cambio de look que se realizó, el mismo que nos lleva de regreso a los tiempos de Mekano.
¿Cómo fue volver al pelo rojo para Karen Paola?
“Literalmente volví a la raíz” cuenta Karen, indicando que se hizo este cambio en el color de su pelo para sentirse súper poderosa. El cabello rojo, para ella, le aporta algo que la hace sentir única. “A pesar de que cualquiera puede tener el pelo rojo, para mí era muy importante a la hora de pararme en un escenario”, agregó.
Para la cantante, tener el cabello de ese color significa tener un superpoder. “Creo que es parte de la esencia de Karen Paola, de la artista pop que me gusta ser, así que creo que fue una decisión muy fácil”, comentó también. En sus palabras, hace mucho tiempo quería tomar esta radical decisión, pero de a poco se fue convenciendo de que es lo que tenía que hacer.
Karen no le tiene miedo a los cambios. Puede notarse en sus gran historial de looks, y resulta inspirador para todas las mujeres que la siguen.
El cambio en el cabello también refleja un cambio interno, el cual ha costado un trabajo interno muy extenso. Conocerse, reconocerse y entender que lo más importante es lo que uno quiere para sí mismo, y no lo que quieran los demás. “Me estaba olvidando de lo más importante, de quién quería ser yo. Y cuando uno ya recupera esa principal necesidad de qué es lo que yo quiero, el resto empieza a salir mucho más fácil”, concluyó.
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