En el más reciente capítulo de "Only Fama", Raquel Argandoña abrió su corazón y conmovió al público.
Bajo esa línea, la invitada compartió dos experiencias estremecedoras que vivió como madre. Según su testimonio, las acercaron profundamente a su fe y reforzaron su devoción hacia la Virgen de Lourdes.
Durante la conversación con el equipo del programa de Mega, la animadora visitó el Santuario de Lourdes, en Quinta Normal, un lugar que visita con frecuencia para agradecer y pedir protección.
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Fue allí donde relató con emoción cómo su conexión con la figura religiosa se volvió un refugio espiritual en momentos críticos de su vida. Allí, ahondó cuando sus hijos Kel y Nano Calderón estuvieron al borde de la muerte en distintos momentos.
El relato de Raquel Argandoña
"Lo qué pasa es que yo tengo dos historias con la Virgen de Lourdes, la Kel tenía un año y medio y le pegó una patada el potro en la cabeza, y la chica, o sea, nadie puede creer cómo se salvó", comenzó Raquel Argandoña en el programa.
La comunicadora contó que, en medio de la desesperación y sin saber qué más hacer, decidió poner la vida de Kel en manos de la Virgen. "Y yo se lo dije: 'Virgencita, te la dejo en tus manos, pero no me la quites todavía'. Y la Kel estuvo un año y medio con casco en la cabeza y no quedó con ninguna secuela, supongo", expresó con gratitud.
Ese fue el inicio de la relación de fe que la acompaña hasta hoy.

Pero la historia no terminó ahí. Años más tarde, Argandoña volvió a vivir el temor de perder a un hijo cuando Nano Calderón sufrió un violento accidente automovilístico. "Yo estaba en la Virgen de Lourdes, en Francia, en París, y el pelado chocó su Camaro cuando tenía 17 años en El Portal de la Dehesa", relató.
Según explicó, el impacto pudo haber tenido consecuencias fatales. "Y uno de los fierros de esa reja que hay ahí, justo en una palmera, cruzó, o sea, por milímetros no le cortó la cabeza. Solamente terminó con un rasguño", aseguró la presentadora de televisión.
Para Raquel, ambos episodios son pruebas de fe que la marcaron para siempre. "Le debo mucho a la Virgen", concluyó con devoción.
