Cuando Pelé aún era solo Edson, a los 10 años, solía jugar a la pelota descalzo por las calles de tierra de Três Corações, en el estado de Minas Gerais. La pelota estaba hecha de telas.
El padre de la futura estrella, conocido como Dondinho, había sido un jugador de fútbol que se retiró tempranamente tras una lesión en los ligamentos. Por esto es que, mientras aprendía el oficio de dominar el balón, Pelé se ganaba la vida como limpiabotas. «La gente no sabe que yo limpiaba zapatos de niño para ayudar a mi papá, que él tuvo una fractura que le obligó a dejar de jugar al fútbol, que se quedó sin trabajo y que él fue mi maestro”, relató el tricampeón sobre el documental O Rei, que repasa su infancia y juventud.
El mejor futbolista de todos los tiempos, en opinión de muchos, fue rechazado por los principales clubes de fútbol brasileros al comienzo de su carrera deportiva. Finalmente, y tras jugar en varios equipos más pequeños, firmó con el Santos de Sao Paulo, en 1956 cuando tenía 16 años.
La retribución de Pelé al deporte en Brasil
Décadas después, en 1994 fue nombrado asesor ejecutivo del equipo, para luego ese mismo año ser nombrado Ministro de Deportes. En este cargo público Pelé depositó sus esperanzas de mejorar las condiciones para el fútbol en su país, sobre todo en las zonas más vulnerables, para que su dura historia no se volviera a repetir. Es así como, aunque con muchas dificultades debido a la falta de apoyo de la clase política, se promulgó en Brasil la Ley Pelé. Esta estipula que en cuanto se acaba el contrato de un jugador con su equipo, debe renovar con este o si no dejarlo en libertad. Además obliga a que los clubes actúen como empresas legítimas, debiendo mostrar balances anuales auditados, lo que contribuyó con la regulación del deporte en el país.
Durante su período en el cargo, Pelé también quiso hacer otra acción en nombre de su infancia. Por eso le dio trabajo al ex empleado de un banco que lo ayudaba cuando niño dejándole comida o monedas mientras lustraba botas.
Es así como Pelé pasó de una dura infancia a amasar un patrimonio que ronda los 100 millones de dólares. La mayor parte de su dinero lo invirtió en bienes raíces y además cobraba una pensión desde 2014.
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